A las 4:40 de la mañana tocó el despertador, era hora de levantarse, empezaba la cuenta atrás para la dichosa marcha que ivamos a llevar a cabo en la provincia de Ávila. Después de un desayuno algo rápido, cogí la mochila que ya había dejado preparada la noche de antes y así no tener que madrugar tanto y la bicicleta que estaba totalmente preparada para la ocasión, bajé las cosas al garaje . No sin olvidarme de bajar la bicicleta de Galán que me la había dejado el día anterior para que yo la cargara en el coche, despúes de cargar todo en el coche, me dirigí a Torrejón de la calzada a recoger a Gálan que allí estaba esperándome a las 5:30 clavadas como habiamos quedado. Ya los dos y después de un camino de charla sicologica de Galán que me explicaba el recorrido y como había planeado hacer la marcha llegamos a Ávila. Una vez allí preguntamos a un hombre ya algo entrado en edad como llegar a la plaza de toros, lugar de salida de la macha, nos tuvo un rato explicandonos el camino pero no nos enteramos de nada parecía haber estado toda la noche metido algo en el alcohol, vamos que traía una castaña que no sabía como se llamaba. Así que nos metimos a la aventura a Ávila, después de hacer una pequeña ruta turística llegamos a la plaza de toros, allí ya había gente entre otros todos los miembros del C.C. Roselín que habían decidido hacer esta marcha. Después de saludarnos y de estar un poco de risas, fuímos en busca de un desayuno, no había ningún bar abierto por ningún sitio, al fin conseguimos dar con una churrería que estaba hasta arriba de gente que todavía seguia de fiesta. Una vez tomado unas porritas y un café volvimos al punto de partida de la marcha. Notaba tener algo de nervios hasta el punto de que me deje el chip de control en el coche y cuando faltaban unos segundos para tomar la salida me di cuenta de que no lo llevaba, por lo tanto tuve que volver al coche a por el y gracias a Fernado que me lo puso, yo no era capaz de ponermelo. Todo apuntaba a que iba caer una buena chupa de agua, yo ya me preparé para la ocasión con un paravientos impermeable. Cuando comenzamos a subir el puerto de la panamera comenzó a llover como si nunca lo hubiera echo, hasta granizaba , cortaba el agua en la cara, esto hizó que mucha gente se retirara por miedo a las caídas y a los problemas con el agua. Yó decidi intentar seguir hasta el final, me metí en un grupete que ivan a un ritmo bastante bueno para mi, e hice algunos kilómetros con este grupo pero las ganas de mear podían conmigo y tube que parar y descolgarme de ellos, después de vaciar la vegiga tuve que emprender la marcha yo solo y hacer unos kilómetros con el aire de cara que me agotaba hasta volver a enganchar con parte del grupo anterior, en este grupo iva Fernando a un buen ritmo, yo con un poco de miedo ya que no sabía si iba aguntar la kilometrada que me había propuesto, me puse a rueda de este fenómeno. Fuímos subiendo los puertos sin muchos problemas parando en el primer avitullamiento a coger fuerzas y disfrutando del día aunque un poco molestos por el mal tiempo,que por lo menos había parado de llover. Una vez en el largísimo puerto de mijares sentí por segundos como me venía abajo pero reaccione a tiempo comí una barrita energética y los sintomas de pajara desaparecierón. Comenzamos a bajar a gran velocidad aunque con un poco de respeto por el terreno, en una de las curvas sufrí un pinchazo, con algo de suerte, el mecánico de la marcha pasaba por allí y me lo reparó. Emprendimos el camino de nuevo, hasta el final de puerto. Ya comenzabamos a notar en las piernas los primeros sintomas de cansancio pero ninguno de los dos nos echamos para atrás y continuamos pedaleando hasta el último avitullamiento, Fernando ya llagaba a esté ya algo cansado, allí llenamos todos los bolsillos del mallot de alimentos para poder afrontar los últimos y pesados kilometros que nos faltaban. Salimos del avituallamiento con un grupo algo reducido pero que llevaban un ritmo muy elevado, aguantamos algún que otro kilometro pero ivan que parecía que llegaban tarde a la meta, Fernando y yo decidimos descolgarnos y hacer los últimos kilómetros a nuestro ritmo, Ya subiendo el último puerto y para algunos interminable, ivamos pasando a gente ya totalmente agotada. Ferando cada vez a menos, yo me puse algo pesado en que si necesitaba algo de comida o bebida pero el empeñado en que no necesitaba nada. Ya en los últimos kilómetros un grupo de unos cinco miembros venía arrasando por detrás parecía como si acabaran de empezar la marcha, yo que me sentí en todo momento con bastantes fuerzas me puse a rueda y miraba a Fernando como se le iba acabando la mecha, el cual desea descolgarse del grupo y hacer sus últimos kilometros a su ritmo, a mi me invita a que termine la marcha con este grupete bastante animado. Despúes de tirar algo de ellos en los ultimos kilometros de puerto coronamos, yo muy orgulloso de haber llegado hasta este punto y la verdad muy cargado de fuerzas. Me dispuse a llegar a meta como si fuera lo último que fuera hacer en mi vida, que velocidades, con el aire a favor, se volaba que sensaciones mas buenas, una vez en la meta y después de una buena ducha aunque no tan buena el agua estaba congelada, Fernando y yo nos dirigimos al comedor allí nos esperaban Rúben y Gálan que ya se habían comido unos fabulosos macarrones ( no había quien los comiera), ya descansando comentamos lo sucedido durante la marcha y después de un rato de tertulia mi compañero de viaje y yo emprendimos el camino de vuelta a casa y con la satisfacción de llevar las piernas algo cargadas. Bueno y que mas contar que no sepais de un Domingo rodeado de gente que ama tu joby y disfruta así de un día marcado por la bicleta. Para mi unas buenas sensaciones, mis propósitos eran terminarla y así fué.